En mi familia hay muchas primas. Solo son algunos hombres pero muy distanciados en edades así que las que somos más o menos de la edad nos juntábamos en la adolescencia. Dos de ellas eran vecinas y yo, como todos los fines de semana iba a visitarlas. Eran familia, en la casa no había que si te caía gorda o no, tenías que tolerarlas porque eran familia. Cuando eramos niñas, ya nos gustaban los chicos de la cuadra, o de otras cuadras, colonias cercanas.
Mi prima pily era la más precoz. Ella ya había tenido muchos novios a los 10. Cuando crecimos, se escuchaban en las conversaciones de las tías donde se quejaban de la otra sobrina. De pily decían que era una pajuela. Ella se escapaba de la escuela. Se la perreaba como dicen en mi rancho para verse con los novios, bueno no sé si en plurar pero estoy segura que tuvo más de uno a la vez.
A mi prima Lore, la pezcaron en la cama de su cuarto con el novio que había tenido siempre, y bueno, creo que se tuvo que casar.
A quién se le acurre acostarse con tu novio en la cama de tu cuarto? Al menos vete a un hotel!
En fin, no sé a qué se debió esta precocidad con las primas. Mis tías eran bastante mojigatas. Hace tiempo que no las veo. Una ya tiene una hija adolescente y creo tiene el mismo problema.
En mi casa, pues también hubo broncas, todos tratando de huir de casa a muy temprana edad.
Pero revisando la historia familiar, te das cuenta que a los adolescentes hubo dos tendencias.
1) El abandono
2) La sobreprotección.
Dos extremos peligrosos.
Por un lado, el abandono de permitir que los hijos hicieran lo que quisieran. ser negligente, ser condescendiente y por el otro, el sobreproteger, el tener amarrado de una pata. Feos ambos casos. Qué mala onda que desde los 10 años los hijos estén pensando en huir de casa. En fin son adolescentes, la adolescencia te va formando tu personalidad, te va marcando, debería ser una época feliz, de aprendizaje. De no sufrir problemas que no son propios.
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